viernes, 29 de abril de 2011

Ejercicio: VACÍA TU MENTE


¿Cuántas veces nos hemos ido a la cama con millones de pensamientos que no nos dejan dormir?
Por ello será un ejercicio muy útil para aquellos que estáis todo el día funcionando con la mente en un análisis continuo de todas las situaciones pasadas, presentes y futuras de vuestra vida.
Además a un nivel un poco más elevado, este ejercicio es totalmente válido como preparatorio para una buena meditación.
De manera que al vaciar nuestra mente de los pensamientos de ese momento cuando vamos a meditar, favoreceremos una interiorización más profunda.
Al fin y al cabo, es nuestra mente la que siempre nos pone obstáculos para ello.
Este ejercicio no requiere un tiempo mínimo, sino más bien una importante atención a todo lo que vaya sucediendo.
Puedes realizarlo antes de irte a dormir o en cualquier momento del día, especialmente si quieres meditar.
En este caso puedes crear ambiente con música suave, alguna vela e incienso, pero no es necesario.
Utiliza tu imaginación para conseguir que el lugar te sea totalmente agradable y que por supuesto nadie te interrumpa el ejercicio.

Esto es lo que debes hacer:
Tres serán las posiciones ideales para este ejercicio.
A) Una de ellas puede ser tumbado en la cama, con la espalda recta, cuello y hombros relajados y palmas de las manos hacia abajo.
B) Sentado en una silla, con el cuerpo relajado, los pies cruzados en la zona de los tobillos y las manos apoyadas encima de las piernas de la siguiente manera: las palmas hacia arriba, mano derecha debajo de la mano izquierza. Los dedos gordos pueden tocarse o no.
C) Sentado en una superficie recta, con las piernas cruzadas en la típica posición de yoga o loto o si no eres tan flexible, simplemente con ellas cruzadas.
Manos en el centro de la siguiente manera:
Las palmas hacia arriba, mano derecha debajo de la mano izquierda.
Los dedos gordos pueden tocarse o no.
Respira profundamente 3 veces para relajarte.
Si puedes, que sea como la fase final del ejercicio controlando la respiración.
Cuando ya estés relajado visualiza que te encuentras en un cine al aire libre.
De esos que tienen una gran pantalla al aire libre y que puedes ir en coche o sentarte en una silla.
Detállalo todo muy bien.
Observa cuánto medirá la pantalla, si es coche o facilitan sillas, qué colores hay, ... Después de fijarlo en tu mente vuelve a respirar profundamente otras 3 veces y siente como un aire puro entra en tu cuerpo refrescándote y limpiándote de manera que una luz blanca te va llenando a medida que inspiras.
A la vez observa como a medida que espiras muy lentamente, se van disipando tus tensiones, tus dudas y tus miedos.
Cuando ya te sientas como nuevo observa cómo en la pantalla se van reflejando uno a uno todos tus pensamientos, los acontecimientos del día, las disputas, los buenos momentos, lo que te preocupa, lo que tienes miedo.
Tómatelo con mucha calma.
Y mientras se van reflejando siente que se pierden, que se van disipando, que cada vez se van haciendo más y más borrosos hasta desaparecer. Se trata de que tu simplemente seas un observador, un individuo que va a ver esa película sin desesperarse por lo que vea y sin que le afecten las escenas que se reflejan.
Es una película como otra cualquiera y que tras un rato termina y desaparece.
Cuando hayas conseguido hacer desaparecer cada uno de esos pensamientos o escenas de tu película estarás preparado para irte a dormir o para meditar...
Es posible que las primeras veces te resulte difícil, pero con constancia llegará a ser un mecanismo completamente natural y muy positivo.

Disfruta el viaje,
Namaste

Cuando la mente no para: Ejercicio del Portero


Cuando la mente no para... es imposible escuchar nuestras voces internas, reencontrarnos, descansar en el Ser y en la seguridad que nos da la Esencia. Un tiempo atrás leíamos en Caminos al Ser el artículo que dice “El Amor no es un sentimiento” de Omraam Mikhaël Aïvanhov, y hay un párrafo en el que se habla de las personas que trabajan por la paz del mundo, y sin embargo siguen batallando al luchar contra una cosa u otra: “De esta forma, ¿qué paz pueden aportar? En primer lugar, el hombre debe instalar la paz en sí mismo, en sus actos, sus sentimientos, sus pensamientos. Solo entonces trabaja verdaderamente por la paz.” Más allá de lo valioso del artículo y de la enseñanza que transmite, me detengo en: “el hombre debe instalar la paz en sí mismo.” ¿Cómo?. Apaciguando la mente. Parece algo muy simple, pero... ¿cuánto se escribe, se habla en este sentido y sin embargo, es tan difícil lograrlo? Tampoco se trata de demonizar a la mente, porque caemos en la polaridad, y en definitiva somos unidad, un complemento armonioso que en su estado natural está preparado para funcionar al unísono, sólo hay que recordarlo.
Pero volviendo a “apaciguar la mente”, también este es un deseo de la propia mente, y con ella, lo logramos. Y los caminos, métodos y enseñanzas para ello pueden ser varios. Un ejercicio muy valioso y que deja ser a los pensamientos para verles el sentido, es el llamado “El Ejercicio del Portero”. Anselm Grün se refiere a él tomando la idea del monje y asceta cristiano Evagrio Póntico, llamado El Solitario (pensador, escritor y orador, 345 - 399 dc). Evagrio, en una de sus cartas a un monje, le dice: “Sé el portero de tu corazón y no dejes que entre ningún pensamiento sin someterlo a escrutinio. Interroga a cada uno de los pensamientos por separado, preguntándole: ¿eres uno de los nuestros, o te cuentas entre los enemigos?”. Sin dividir a los pensamientos en amigos y enemigos, como lo marca Póntico, muy propio de aquella época, Grün sugiere realizar el ejercicio de la siguiente manera:

El Ejercicio del Portero, por Anselm Grün
En concreto, el ejercicio puede transcurrir de la siguiente manera: me siento media hora en mi cuarto, sin orar, sin meditar, sin leer, sin reflexionar. Esto no es en modo alguno tan sencillo. La única condición, sin embargo, es permanecer así media hora. Poco a poco irán aflorando en mí todos los pensamientos posibles. A cada pensamiento le pregunto: “¿Qué quieres decirme? ¿Qué anhelo late en ti?” Por regla general, constataré que todos los pensamientos y sentimientos tienen un sentido. Cuando le pregunto a mi enojo qué es lo que quiere decirme, probablemente me llamará la atención sobre lo siguiente: “Marca mejor tus límites. No les concedas tanto poder a los demás. Resuelve el problema en vez de enfadarte por ello”. Entonces, la irritación se convierte en un impulso positivo.
Cuando los celos llaman a mi puerta, puedo preguntarles qué anhelo se oculta en ellos. Probablemente me harán caer en la cuenta de que siento la necesidad de que alguien me ame solo a mí, de ser yo para mi pareja o mi amigo el único amado. Cuando me confieso esta necesidad, me percato de cuan exagerada es. Pero no me juzgo por tener semejante necesidad. En la medida en que la reconozco, estoy en condiciones de relativizarla. De modo análogo, puedo interrogar al miedo o a la depresión, y, de esa suerte, familiarizarme con tales sentimientos. Y de golpe cobro consciencia de que, en el fondo, quieren decirme algo positivo. El miedo desea indicarme la medida adecuada, la medida en aquello de lo que me creo capaz, pero también la medida justa en relación con las expectativas que deposito en la imagen que me hago de mí mismo. […]
Es interesante ver qué experiencias vive la gente con este ejercicio. Una participante en uno de mis cursos tenía problemas con su hija; todo lo hablado hasta entonces en el marco de una psicoterapia y de un acompañamiento espiritual no le había ayudado en lo más mínimo. Tenía miedo de seguir dando vueltas a los mismos pensamientos al realizar el ejercicio del portero. Pero ya solo la pregunta dirigida a los sentimientos: “¿Qué anhelo late en ti?”, le trajo paz interior en medio de tales sentimientos. Algunas personas cuentan que, cuando permiten aflorar a todos los pensamientos y sentimientos, ya no los perciben con tanta intensidad. El miedo a verse inundado por los pensamientos suele carecer de fundamento. Cuando se les permite ser, los sentimientos ya no tienen que pedir la palabra con violencia. Así, muchas personas viven esta media hora como tranquilizadora. De repente, notan una profunda paz interior. Ya no consumen más energía en sofocar y reprimir pensamientos desagradables. A todo se le permite ser, pues todo tiene un sentido: todo puede, en último término, conducirnos a nosotros mismos, a nuestro centro, a nuestra verdad. Y solo la verdad nos hace libres.
Confrontarse con la propia verdad requiere coraje. Pero el solo hecho de permitir ser a todos los sentimientos y pensamientos, les priva ya de su poder. También es útil la idea de que los sentimientos, lejos de inundarme, son interrogados por mí. Así pues, adopto un punto de vista desde el que puedo dirigir mi atención a las emociones. El rol de portero me infunde seguridad y claridad para abordar los pensamientos y sentimientos de tal modo que me sean provechosos y dejen de determinarme. El resultado del ejercicio del portero es, por regla general, una gran paz y una intensa calma.

Adaptando el Ejercicio del Portero a nuestro día a día
Grün sugiere que este ejercicio sea realizado solo cuando nos sentimos profundamente inquietos. Sin embargo, más allá de hacerlo de esta manera puntual por media hora, también puede ser muy valioso aplicarlo diariamente de una forma más liviana y simple: en cualquier momento del día, o cuando me voy a dormir, o cuando me propongo a meditar o a realizar cualquier otra actividad, solo preguntarle a cada pensamiento o sentimiento que aparece: “¿Qué quieres decirme? ¿Qué anhelo late en ti?”, y desde un lugar de receptividad amorosa ver qué surge o qué me dice, y si me distrae o me aleja de mi propósito de ese momento, lo reconozco como algo mío y luego lo dejo partir. Por ejemplo, puede pasar que me dispongo a dormir y de pronto un pensamiento que me recuerda que ese día esperaba una llamada que no llegó puede inquietarme y entonces lo escucho, lo reconozco como una parte mía que tiende a tener expectativas con respecto a los demás, lo dejo partir y vuelve la calma. Y así pueden ser muchos los momentos en los que puedo aplicar el ejercicio. Hasta en la comunicación habitual, cuando siento que una idea me distrae y percibo que puedo dejar de escuchar al otro, vuelvo inmediatamente después de una rápida interrogación a  ese pensamiento o sentimiento distractor. Si lo incorporamos y lo hacemos nuestro, el ejercicio se hace tan rápido y natural que pasa a ser un hábito simple y con resultados muy positivos. Recordemos que desde lo cotidiano y lo pequeño vamos llegando a los objetivos más grandes, como el de apaciguar la mente y conectarnos con nuestra Esencia.


Fuente: Una visión personal  de “Apaciguar los días” de Ansel Grün,
por Normi Sartori – http://www.caminosalser.com/

Practicando Pranayama


El Prana es lo que brilla en tus ojos. Por medio de su fuerza el oído oye, los ojos ven, la piel siente, la lengua saborea, la nariz huele y el cerebro y el intelecto realizan sus funciones. El Prana se desgasta pensando, deseando, actuando, moviéndose, hablando, escribiendo

El Pranayama proporciona un buen ejercicio a los diversos órganos internos, evita muchas enfermedades, mejora la salud, favorece la digestión y vigoriza el sistema nervioso. Un practicante de Pranayama tiene un cuerpo ligero y libre de enfermedades, con una complexión bella, una voz dulce y melódica, y un olor corporal agradable. Tiene buen apetito, alegría, gran fortaleza, coraje, entusiasmo, un elevado nivel de salud, vigor y vitalidad y una buena concentración mental.
Mientras la respiración (prana) sea irregular, la mente permanecerá inestable, cuando la respiración se calme la mente permanecerá inmóvil y el yogui logrará estabilidad. Por consiguiente, se ha de controlar la respiración (con la práctica del pranayama). El Prana está relacionado con la mente, a través de ésta con la voluntad, a través de la voluntad, con el alma individual y a través de ésta, con el Alma Suprema.

El maestro Krishnamacharya decía:

Inhala, y Dios se acerca a tí.
Mantén la inhalación y Dios permanece contigo.
Exhala, y tú te aproximas a Dios.
Mantén la exhalación, y te entregas a Dios.


Ejercicio de Pranayama

El siguiente ejercicio fue escrito por Swami Sivananda. Siéntate en una postura meditativa que te sea cómoda, en tu habitación de meditar, o en su defecto en un espacio tranquilo. Cierra la fosa nasal derecha con el pulgar derecho. Inspira muy lentamente por la fosa nasal izquierda durante tres tiempos. Cierra entonces la fosa nasal izquierda con los dedos meñique y anular de la mano derecha. Retén la respiración durante doce tiempos, cómodamente. Luego, espira muy lentamente a través de la fosa nasal derecha durante seis tiempos, después de retirar el pulgar. Hasta aquí, ha transcurrido la mitad del proceso. Inspira entonces a través de la fosa nasal derecha contando tres. Retén la respiración, como antes, contando doce y espira muy lentamente por la fosa izquierda hasta seis tiempos. Estas seis fases constituyen una vuelta de anuloma viloma, la respiración alterna, uno de los ejercicios mas equilibradores de nuestro Prana. Mantén la relación 1:4: 2 empezando por tres tiempos para la inhalación, doce para la retención y seis para la exhalación. Empieza con seis vueltas por la mañana y seis por la tarde e incrementa el tiempo de la práctica gradualmente.

Observa cómo una actitud mental cercana a cualidades positivas, como la compasión, la misericordia, el amor, el perdón, la paz, la alegría, etc., hace que estos penetren en tu organismo junto con el aire. Y todas las cualidades negativas, como el odio, la queja constante, la ira, la avaricia, son expulsadas junto con el aire espirado. Repite el mantra Om o tu mantra personal mentalmente durante la inhalación, la retención y la exhalación, coordinando estas tres fases con tal precisión que no sientas sofoco o incomodidad en ninguna  de ellas. No debes prolongar innecesariamente el periodo de la exhalación. Si prolongas la duración de la retención, la siguiente exhalación será atropellada y romperás el ritmo natural. La experiencia y la práctica te darán seguridad.

Sarvavita.



miércoles, 27 de abril de 2011

Ejercicio: RELAJA CUERPO Y MENTE BAILANDO


Este es un sencillo ejercicio que recoge de alguna manera los principios del Tai Chi

Es muy fácil de hacer y se puede realizar a cualquier hora del día, preferentemente cuando estés muy estresado o no puedas deshacerte de determinado pensamiento.
La idea general será dejar que el cuerpo fluya y se mueva al son de la música.
Para ello necesitarás una o varias canciones de música clásica o música New Age, que no sean estridentes ni te alteren, sino que sean básicamente sedantes.
Te recomendamos las melodías con instrumentos de viento y cuerdas, sonidos de la naturaleza, voces relajantes, ...

El ejercicio consta de los siguientes pasos:
Realiza el ejercicio en una habitación a oscuras o semioscuras y enciende la música que has escogido al respecto, de manera que el volumen esté a tu gusto.
No tengas miedo de poner el volumen alto si ves que te lo "pide" el cuerpo.
Comienza el baile de pié, con los brazos a lo largo del cuerpo.
Durante unos instantes, sólo escucha la música, no te muevas. Respira profundamente tres veces, a ser posible como la parte final del ejercicio controlando la respiración. Después comienza a mover los pies al son de la música, como tu quieras.
Ten presente que debes moverlos como el cuerpo te "pida", así que no te limites ni tengas vergüenza de nada.
Mantén dicho movimiento durante unos minutos.
A continuación añádele al movimiento de los pies, el de las piernas.
Muévelas como quieras, lo importante es que te sientas totalmente libre, así que no te preocupes por hacer movimientos rítmicos o estéticos.
Haz lo que te salga de dentro al escuchar la música.
Muévete durante unos minutos.
Pasado un ratito añádele al movimiento las caderas, la cintura el abdomen y la parte de abajo de la espalda.
Baila relajado dejando que sea tu cuerpo el que lleve el ritmo y los movimientos.
Tu no tienes que pensar nada.
Disfruta así durante unos minutos.
Después añádele a las partes del cuerpo que ya estás moviendo, el tronco de tu cuerpo. No dudes en realizar los movimientos que surjan y tómate unos instantes para disfrutarlo.
A continuación, ya estás preparado para mover con las partes del cuerpo que ya estás moviendo, los brazos y las manos.
Se original, no te quedes en convencionalismos, escucha a tu guía interior y deja que te muestre cómo debe de ser el baile que estás haciendo.
Sigue todas las indicaciones que te de, sin vergüenza. Libera tu cuerpo y tu mente. Por fin ya estás en disposición también de introducir movimiento con tu cuello y cabeza en el baile.
Ahora ya todo tu cuerpo ha de moverse liberándose de cualquier limitación. Mantén el baile durante varios minutos.
¡Disfruta de tu cuerpo! Para finalizar, comienza a levantar brazos y manos lentamente hacia arriba; mientras vas balanceándote a un lado y al otro como si fueras un árbol a merced del viento.
Deja que el balanceo siga el ritmo que ha escogido tu cuerpo para la música que estás escuchando.
Y después de varios minutos, ve bajando de nuevo los brazos hasta poner la posición inicial del baile.
Así terminas como empezaste: escuchando sin moverte unos minutos de la música. Después ya puedes encender la luz.
Comprobarás que te encuentras mucho mejor y más relajado. Sin duda es un ejercicio muy eficaz que sólo requiere un poco de práctica. Cuanto más lo practiques mejor serán los resultados.

Disfruta el viaje,
Namaste

martes, 26 de abril de 2011

Introducción a la Meditación


La meditación es la entrada al sentir.

Cuando sientes, meditas, y provocas un acercamiento a la consciencia.

El Sentir no es más que la percepción de la energía vibrando a través del cuerpo. El cuerpo no es más que la conjunción de las Energías Elementales que se dan en la Naturaleza, en la Tierra, en las dimensiones espirituales que somos. Todo ese Uno, que conforma la Tierra y el Ser Espiritual que autoconscientemente ha encarnado, configura la Energía que siente nuestro cuerpo.
No se medita con la mente, si no con el cuerpo. Un comentario que se oye muy a menudo es: "no consigo meditar, no logro concentrar mi mente lo suficiente."
En una meditación, no estamos "en la mente": estamos centrados en nuestro cuerpo. La primera parte de una meditación siempre consiste en un ejercicio de "toma de contacto" con el cuerpo. Es un elemento imprescindible de cualquier meditación o relajación.

Calmar la mente
La única manera de calmar la mente es, sencillamente, dejar de usarla.
Cuando diriges tu atención a tu cuerpo, diriges tu enfoque hacia un lugar que no es tu mente, y eso trae, de forma natural, un estado de paz y relajación.

Tú no eres tu mente
Estamos tan acostumbrados a usar la mente de forma constante y compulsiva, que se nos olvida que la mente es simplemente una parte de nosotros y no quien somos. La mente es una herramienta maravillosa pero es solo eso, una herramienta. En condiciones ideales, cuando no la necesitas, la apagas.
Cuando haces una meditación, enfocas tu conciencia (quien realmenteeres) a un "espacio sin mente" que muchos llaman tu "Yo Interior" - la persona que realmente eres. Las culturas Orientales saben perfectamente cual es ése estado y cual es ése espacio, pero en occidente hemos perdido el contacto con ése "Yo Interior" que representa nuestra verdadera esencia.

¿Para qué apagar la mente?
Cuando no conseguimos apagar la mente, empiezan los problemas. ¿Porque? Por una razón muy sencilla. La función principal de la mente en nuestro día a día es resolver problemas.
Es cuestión de lógica que si estamos usando la mente constantemente, ¡necesitamos un problema constante para resolver!
El resultado: nos pasamos el día "dándole vueltas" a las cosas. Analizando situaciones, pensando de forma repetitiva y compulsiva, enfocando nuestra consciencia en problemas que necesitan ser resueltos.

Los "Trucos" que usamos para calmar la mente.
En nuestra sociedad moderna, hemos creado una serie de "trucos" para calmar la mente de forma momentánea. Usamos distracciones puntuales para evitar ése constante "ruido mental."
Uno de ellos es la televisión. Todos conocemos ése especie de "atontamiento" que se siente después de un tiempo mirando la televisión, sobre todo si escogemos un programa que no requiere un esfuerzo intelectual o analítico (la grán mayoría).
Otro es el alcohol y los narcóticos. Las sustancias tóxicas inhiben el funcionamiento del cerebro y, como consecuencia, la mente. Durante el tiempo que estás bajo los efectos del alcohol o las drogas, consigues "calmar la mente" simplemente porque su organo, el cerebro, funciona peor.
También existen los estímulos físicos, principalmente la comida y el sexo, el deporte, etc. Estos pasatiempos alejan nuestro enfoque de la mente hacia el cuerpo durante el breve momento que estamos llevándolos a cabo.
Como último, están las situaciones que provocan emociones en nosotros. Son maneras muy eficaces de "dejar de pensar un rato." Ver un partido de fútbol, por ejemplo. Jugar a las cartas con amigos. Conducir a velocidad o por carreteras peligrosas, practicar un deporte de riesgo y, curiosamente, el consumismo ("me siento mal, y me compro algo para sentirme mejor").
De todos estos métodos, algunos son beneficiosos, otros son simplemente placenteros y otros son dañinos en diferentes grados de variación.
Pero con todos, el problema consiste en que usamos estos "trucos" para un fin más allá que su propósito, de sentir placer, estar en forma etc. Los usamos para hacer algo que no podemos hacer sin ellos. Apagar la mente.

El resultado de éstos "Trucos para apagar la mente"
- En lugar de comer algo rico por el mero placer de comer, lo haces para distraerte de tus problemas. Cuantos más problemas tienes, más comes, llevando a problemas de obesidad.
- En lugar de disfrutar del sexo por el mero placer del acto, o como manera de demostrar amor hacia tu pareja, se convierte en un acto compulsivo de evasión.
- Gastas todos tus ingresos en productos de consumo para mantener la mente distraída mientras dura el acto de consumo, etc.

Las soluciones que aportan la meditación y relajación.
Cuando meditas, consigues distraer o calmar la mente.
Consigues enfocar tu atención a un lugar dentro de ti que no está constantemente analizando, criticando, sintiendo preocupación etc.
Con la práctica, se consigue entrar en un estado meditativo en cuestión de segundos. Cuando eso ocurre, la meditación se convierte en una herramienta muy potente en nuestro día a día. Te sientes mal, y en pocos momentos, apagas la mente, te enfocas en tu "Yo Interior" y viene la paz.
¿Suena utópico? No lo es. Es algo que miles de personas consiguen a diario en todo el mundo.
Nuestro intelecto está en constante actividad, tratando de resolver y coordinar, millones de cosas, relativas al propio mundo psíquico y su adecuado funcionamiento. Sumado a esto, los estímulos externos que captan nuestros sentidos y la gran variedad de información que debe procesar nuestra memoria. La mente nunca descansa, ni siquiera cuando dormimos, ya que durante ese periodo, también tenemos actividad psíquica, con lo que soñamos y lo que escuchamos del medio ambiente. 
Meditemos,
Namaste.

Fuente: Dicotomías

lunes, 25 de abril de 2011

Efectos de la Frecuencia en la Respiración


Una de las técnicas más sencillas para conectarnos con el presente es tomar consciencia de nuestra respiración, de sentir como el aire entra y sale de nuestros pulmones, naturalmente, sin interferir con su flujo, como testigos silenciosos de ese proceso. Sentir como ese aliento energiza todo nuestro Ser

Cuando nosotros conscientemente bajamos la frecuencia de las respiraciones por minuto tenemos grandes beneficios.

El hombre respira normalmente entre 16-18 veces por minuto, y la mujer respira entre 18-20 veces por minuto.

8 veces por minuto
Sensación de relajación. Alivio del estrés, e incremento de la consciencia mental. El sistema parasimpático empieza a sentirse influenciado. Los procesos de sanación se elevan.

4 veces por minuto
Cambios positivos en la función mental. Sentimientos intensos de consciencia, claridad mental incrementada, eleva la sensación del cuerpo. Las glándulas pineal y pituitaria empiezan a coordinarse induciendo al estado meditativo.

1 vez por minuto ("One-Minute Breath")
20 segundos al inhalar
20 segundos aguantar
20 segundos al exhalar

Da una óptima cooperación entre los hemisferios del cerebro, clama dramática de la ansiedad, miedo, y preocupación, junto con una apertura de la sensación de la presencia de uno, y de la presencia del espíritu.
La intuición se desarrolla. Todo el cerebro trabaja; especialmente el cerebro antiguo, y lóbulos frontales de los hemisferios.


Fuente: The Secrets of Yoga

Consejos para lograr un estado meditativo


  • No te juzgues a ti mismo.
  • Actúa como testigo de tus pensamientos.
  • Re-enfócate en la respiración. Todo el tiempo te vas a encontrar a ti mismo ocupado en distracciones mentales, felicítate a ti mismo porque has pasado la gran barrera: Separarte a ti de tu mente. Entonces vuelve a la respiración.
  • No te entretengas en distracciones mentales; solo observa cuantos pensamientos diferentes vienen a ti y como estos te hacen sentir. Entonces regresa a la respiración.
  • Acepta lo que sea. Incluso si no te gusta, empieza aceptando que no te gusta.
  • No tengas expectativas.
  • Entrégate!! A tu respiración, a tu práctica.
  • Tú puedes mentalmente dividir tu cuerpo en moléculas de ADN, dotadas de energía. Luego haz lo mismo con lo que te rodea, y llega a la ser UNO con todo lo que te rodea.
  • Cuando sea posible, sigue los sutras. Aprende a retirar la atención de los disturbios externos e internos (pratyahara), enfocándote (dharana) en el presente, usa la respiración y usa la consciencia meditativa (dhyana) para eliminar cualquier reacción mental o emocional que surja durante la meditación. Esto hará que consigas un estado más profundo más allá del estrés y de los traumas emocionales del pasado.
  • Tú ya eres! Si hay un mantra a tener en mente, este mantra deberá ser YO SOY. No esperes que te alcance un rayo de luz y que te haga sentir diferente o especial. Recuerda que tu YA ERES y tienes todas estas cualidades dentro de ti. Solo escucha.

Disfruta el viaje,
Namaste

domingo, 24 de abril de 2011

Cuerpo - Mente - Espíritu


Al igual que el cerebro tiene dos mitades independientes pero cooperativas, el cuerpo tiene dos sistemas nerviosos autónomos: el simpático y el parasimpático. El sistema nervioso simpático es activado cuando se origina el temor, la furia, el dolor, y peculiarmente la eyaculación seminal. A través de soltar adrenalina en la corriente sanguínea, se produce un aumento en la rapidez de los latidos del corazón y de la presión arterial, y una sequedad en la boca. El estado mental concomitante es de preservación propia, y la atención se ajusta y enfoca hacia las demandas egoístas. Las entradas sensoriales disminuyen. Cuando estamos luchando por nuestras vidas, no disfrutamos las fragancias de las flores. No sabemos en que nota estamos gritando. Y la valiosa seda marca ‘Gucci’ la penetramos con un cuchillo de acero, destrozándola sin apreciar su belleza. El sistema parasimpático es activado para alimentar los deseos sexuales. La presión arterial y latidos del corazón disminuyen a medida que segregamos saliva hasta el punto de babear. Los besos largos y húmedos o el filete miñón con salsa Bernesa: en los dos, las bocas jugosas están presentes. En ese momento la sangre se necesita en todas partes menos en las extremidades del cerebro y las piernas y todo disminuye para dejarnos disfrutar su ‘alberca central’. El estado mental concomitante es cordial, expansivo y apreciativo de los sentidos. Olemos los perfumes. Gustamos de la canela. Escuchamos el chasquear de la carne al freírse o sentimos la más leve y tenue brisa en nuestra oreja. Pronto, estamos completamente alerta del momento a medida que lo disfrutamos y compartimos. Asumiendo que no somos psicópatas o pervertidos, estamos pacíficamente gozosos y de ninguna forma, buscando por pelea. Entonces, no deberíamos sorprendernos, que las técnicas de meditación faciliten respuestas parasimpáticas, que el hambre y la preparación para la alimentación son excelentes incentivos para agudizar la alerta sensorial, y que a los artistas marciales o a los meditadores siempre se les ha aconsejado que no practiquen ‘con un estomago lleno’.
A medida que el cuerpo se relaja, la mente se expande. La actividad del cerebro disminuye para incrementar el estado de alerta. Las ondas del cerebro van desde la conciencia alerta, aunque normal de los ritmos comunes de beta hacia alfa, más lenta y alerta a los sentidos, siguiendo hasta los ritmos de la theta, con frecuencias asociadas con los estados de relajación profunda, alerta subliminal, y la majestuosa Zona Meditativa. Claramente, un combatiente que experimenta miedo o dolor, inhibe la habilidad de entrar en la Zona.
La primera de las disciplinas necesarias que el artista marcial debe dominar es Pranayama, la ciencia de controlar la respiración y circular la energía. Cada programa de entrenamiento incorpora su práctica rigorosa. Cada “forma” de arte marcial debe ser aprendida con la inhalación y exhalación en la respiración apropiada de acuerdo a con los movimientos coreográficos. Naturalmente, estas formas deben ser practicadas hasta que se hagan reflexivamente. Igualmente como frecuentemente operamos un automóvil en el tráfico, frenando en la luz roja, y evadiendo los transeúntes tan frecuente como posible, con todos nuestros movimientos automáticos, y teniendo nuestras mentes embebidas en otros escenarios, así que los estudiantes de las artes marciales deben aprender las formas variadas tan completamente que puedan ejecutarlas inconscientemente.
La respiración controlada invariablemente disminuye el ritmo de la respiración, iniciando una curva biológica de consecuencias: porque la respiración disminuye, la presión arterial baja, el estado de alerta aumenta, y en este estado relajado y no vulnerable, se puede entrar a la Zona meditativa. El artista marcial debe mantener una conducta pacífica, dado que, antes de que su mente pueda entrar a la zona superior del estado meditativo, ella debe pasar a través de esta etapa ‘base’ de relajación. La tensión, un producto del miedo, la ansiedad, la agresividad, el dolor o la furia, causará a su sistema nervioso simpático la segregación de adrenalina; y esto le impedirá de experimentar este necesario estado de alerta tranquilo. Todas las líneas subliminales de información serán por lo tanto obstruidas.
Preservar la paz es una compostura singularmente militar.
El entrenamiento Budista del estudiante complementa su régimen físico. El Camino Óctuplo requiere que él examine todas sus acciones para determinar si ellas son inofensivas, generosas, autónomas, y en dirección hacia su madurez. El estudiante que desatiende su desarrollo espiritual inmoviliza su progreso, lo detiene al nivel de la conciencia atlética. Él debe ser amoroso. Debe importarle verdaderamente el bienestar de los otros seres humanos. Debe dedicarse a su salvación tanto como a la suya propia. Debe ser receptivo con sus necesidades, gentil en su ayuda, y generoso en su perdón. En todo esto debe personificar la humildad.
Este es el entrenamiento Budista básico sin importar si la disciplina es arreglar flores, servir el té, el arco y la flecha, o la esgrima.
El entrenamiento del estudiante Budista complementa su régimen físico. El Camino Óctuplo requiere de él que investigue todas sus acciones para determinar si ellas son beneficiosas, generosas, veraces por sí mismas y dirigidas hacia su madurez.
El estudiante que desatiende su desarrollo espiritual embrutece su progreso, lo detiene conscientemente en el nivel físico. Él debe ser amoroso. Debe verdaderamente cuidar del bienestar de los otros seres humanos. Debe estar dedicado tanto a su salvación como a la de él mismo. Debe ser receptivo en sus necesidades, gentil en su ayuda, y generoso en el perdón y la clemencia. En todo esto debe personificar la humildad. Este es el entrenamiento básico Budista aparte de si la disciplina es el arreglo de flores, el servicio de té, la arquería o la esgrima. Por lo tanto, no es desde los motivos completamente altruistas que el maestro de las artes marciales insiste sobre el código esencialmente pasivo del Bushido. El peleador resistente e imperturbable debe instalarse por sí mismo en la Zona de no-ego de la atención absoluta, por ejemplo, el estado meditativo puro.
Por lo tanto, en cualquier situación en la que haya una confrontación, el maestro instruye a sus discípulos a reducir el estrés o la tensión: el guerrero debe primero enérgicamente luchar para evadir el conflicto a través de eliminarse él mismo elegantemente de la ecuación argumentativa. Si su antagonista persiste, debe tratar de debilitar la ansiedad de su irritación disculpándose por haberlo ofendido inadvertidamente. Debe asegurarle a su antagonista que no tiene ninguna intención de causarle ninguna inconveniencia o humillación sugiriéndole caminos pacíficos para resolver la disputa. Se deben hacer todos los esfuerzos para dejar que el antagonista retenga su honor.
Además de pranayama, el artista marcial debe, por supuesto, dominar Pratyahara: la habilidad de eliminar cualquiera de las sensaciones que desee excluir. Por ejemplo, él no quiere sentir dolor (dado que el dolor provoca la respuesta de adrenalina), por lo tanto practica el entrar en aquellos estados de trance que producen efectos ‘anestésicos’; y al igual que el dentista puede usar el hipnotismo para controlar el fluido de la sangre, el artista marcial sabe que puede sanar sus heridas por el mismo método del trance-inducido. Puede también usar el estado de trance para ayudarse a conquistar los efectos del calor, la sed y la fatiga.
La totalidad del entrenamiento de las artes marciales es: la introducción de los valores Budistas del amor y la comprensión; la adquisición de un estado natural de vigilancia; el perfeccionamiento en el trance-inducido o hiperestesia (la habilidad de responder a la data subliminal); la obediencia disciplinada a las reglas de la batalla; la observancia clara e inequívoca a los objetivos de paz; la aceptación de la humildad que promueve el control de la mente y el cuerpo; y las destrezas de combate adquiridas a través de una práctica constante.
El secreto del maestro es que funde en su destreza una seguridad de pensamiento. Nunca llega a ser emocional. Su enfoque es sobre la reconciliación y no sobre la preservación o la postura egoísta. Si no puede sentir completamente amor genuino por su antagonista, puede por lo menos sentir respeto y benevolencia. Se siente más honrado en ceder que en conquistar. La actitud del guerrero Zen se logra y se mantiene en el angosto y comparativamente largo balance del entrenamiento – por un lado marcial y por el otro espiritual – en una progresión circular trazada indefinidamente en las disciplinas de la meditación.

Fuente: Zen y Arte

La meditación ayuda a combatir depresión, déficit de atención y demencia


Estudio científico muestra que la meditación regular genera conexiones neuronales robustas en áreas donde, a falta de, se genera la depresión, el déficit de atención, la demencia y otros padecimientos

Los beneficios de la meditación cada vez se hacen más evidentes, mostrando que la división entre el cuerpo y la mente (o el cuerpo y el espíritu) no es tajante como se piensa (“aquello llamado cuerpo es una porción del alma discernida por los cinco sentidos”, decía William Blake).
Un estudio realizado por científicos chinos de la Universidad de Dalian en colaboración con el psicólogo Michael I. Posner de la Universidad de Oregon, mostró que meditar regularmente aumenta las conexiones neuronales en áreas cerebrales relacionadas con la regulación del estado de ánimo, el comportamiento y la toma de decisiones. En esta área, conocida como la circonvolución del cíngulo anterior, también se manifiestan trastornos como el déficit de atención (ADD en inglés), la demencia senil, las adicciones y la depresión. Por lo cual arroja luz a las posibles adaptaciones de técnicas de meditación para tratar estos padecimientos.
El estudio fue realizado con estudiantes universitarios que meditaron 11 horas en intervalos de 30 minutos durante un mes, aplicando una técnica de meditación china de integración de mente-cuerpo (IBMT: integrative body-mind training). Esta técnica incluye relajación corporal visualización, escuchar música y practicar la atención elevada. Así que con menos de 30 minutos al mes diarios, meditando podemos ampliar significativamente nuestras redes sinápticas.
Al realizar exámenes de resonancia magnética, el grupo que meditó mostró conexiones robustas en el área de la circonvolución del cíngulo anterior a diferencia de los que no meditaron, que no mostraron este incremento en sus conexiones neuronales.
Estos experimentos esperan tener una aplicación en el tratamiento de algunas enfermedades, así como, de forma gnoseológica, revelar los mecanismos de neuroplasticidad de nuestro cerebro: un aparato de percepción y computación que puede convertirnos y conectarnos con cualquier cosa del universo. Y podríamos seguir enlistando las posibilidades que abre la meditación en torno a la relación mente-universo, pero justamente es hora de meditar.

Fuente: Science Daily

La meditación puede ayudar a detener envejecimiento, según estudio científico


La meditación podría ser la fuente de la eterna juventud; un estudio sugiere que meditar incrementa la producción de la enzima telomerasa, la cual regenera las células

Un estudio científico realizado por investigadores de la Universidad de California-Davis, descubrió que un retiro meditacional incrementa la producción de telomerasa, una enzima que puede anular el proceso de envejecimiento. La telomerasa ha logrado revertir los procesos degenerativos en ratas en un estudio reciente de la Universidad de Harvard.
Los investigadores compararon 30 participantes de un retiro meditacional en el Shambhala Mountain Center de Colorado con un grupo de control que no acudió al retiro pero que estaba en lista de espera para hacerlo. Los participantes meditaron seis horas al día por tres meses. Después de este periodo los investigadores encontraron un 30% más de actividad de telomerasa en los participantes que en el grupo de control.
Cada vez que las células se dividen, los telómeros se acortan, y cuando caen por debajo de una cierta longitud —una parte normal del proceso de envejecimiento— las células dejan de dividirse y mueren. La telomerasa impide esta declinación en algunos tipos de células, incluyendo las células madre, agregando ADN a los extremos de los telómeros.
En el estudio de Harvard, los ratones a los que se estimuló la producción de telomerasa incrementaron el tamaño de su cerebro, su sentido del olfato y recobraron la fertilidad y el pelo.
Los investigadores de la Universidad de California-Davis advierten que se deben de realizar más estudios para confirmar que es la meditación la que produce el incremento de telomerasa, apodada la enzima de la eterna juventud, ya que podría haber otros factores responsables relacionados con el lugar, los alimentos y el agua que se consumieron en el retiro meditacional.
Otro estudio científico encontró que la meditación regular genera conexiones neuronales robustas en áreas donde, a falta de, se genera la depresión, el déficit de atención, la demencia y otros padecimientos.

Fuente: Vía Time

La meditación puede ser más efectiva contra el dolor que los medicamentos industriales



En una revelación que seguramente no será bienvenida por las farmaceúticas, un estudio reveló que incluso pequeñas sesiones de meditación ayudan a reducir significativamente el dolor físico. y en algunos casos incluso es más efectiva que los analgésicos industriales

No tienes que ser un discplinado budista o un fanático de la yoga kundalini para gozar de las mieles tangibles que la meditación puede compartirte. Lo cierto es que aún reducidas sesiones de esta milenaria práctica pueden implicar a tu cuerpo beneficios importantes,y de hecho, de acuerdo con un estudio reciente que será publicado en la edición de Abril 2011 del Journal of Neuroscience, hasta un breve curso de técnicas de meditación puede ayudarte a reducir significativamente la presencia de dolor en tu cuerpo físico.
Durante el estudio los investigadores aplicaron leves quemaduras a quince personas en diferentes ocasiones, antes y después de que los voluntarios hubiesen participado en una sesión de meditación a lo largo de veinte minutos. El resultado fue que luego de meditar, los participantes calificaron exactamente el mismo estímulo de calor 57% menos incomodo y 40% menos intenso que durante las pruebas realizadas previo al ejercicio.
“Esto es bastante notable. La reducción en la escala del dolor fue sustancialmente mayor que en estudios similares utilizando píldoras de placebo, hipnósis, e incluso algunos analgésicos” afirmó el Fadel Zeidan, Ph.D, quien realiza una investigación post-dcotoral en la Wake Forest University School of Medicine, de Carolina del Norte.
Uno de los aspectos más relevantes del estudio es que, si bien ya se había comprobado que sesiones intensivas de meditación a lo largo de semanas disminuían notablemente la presencia de dolor físico en las personas, ahora se prueba que incluso sesiones espontáneas lo pueden lograr. y si tomamos en cuenta que la mayoría de personas no tienen el tiempo o voluntad de enrolarse disciplinadamente en la práctica de la meditación, la buena noticia es que los beneficios tangibles de la meditación ya incluyen también a los practicantes esporádicos.

Fuente: CNN